Terapia grupal

¿Qué te aporta?

Un espacio de apoyo y confidencialidad

Un encuentro humano más sosegado y auténtico

Un lugar privilegiado de aprendizaje

Donde el acompañamiento de los otros, cobra mayor protagonismo que el del terapeuta.

Un descubrimiento de ti mismo exponencialmente más completo y pleno

Una multiplicación de soluciones y recursos, múltiples espejos donde mirarse

Contacto humano más allá del individuo (o que transciende la soledad individual). Ser social como enriquecimiento

Un espacio para todos

El ser humano es un animal social. Vivir en sociedad supone un continuo ajuste entre las necesidades personales y las demandas del mundo. Esto genera una gran tensión emocional y vital.

El primer grupo donde nos integramos es la familia. Desde ella, vamos adquiriendo ese “manual de instrucciones” con el que después salimos al mundo. Lo que está bien o mal, lo que es correcto, lo que nos hace felices… es una imprimación familiar. 

Vamos creciendo, y vamos encontrando otras personas, con sus propios manuales de instrucciones bajo el brazo, herencia de su familia. Encontramos un nuevo reto de adaptación, y mirándonos en el otro, vamos revisando los dogmas familiares. 

No siempre es fácil y requiere en ocasiones de mucho dolor y esfuerzo entender qué es lo que está desajustado en nuestro manual. Empezamos a poder elegir con quién nos relacionamos (amigos, compañeros, parejas,….), y seguimos buscando nuestro propio bienestar.

Los grupos terapéuticos son un espacio protegido, donde poder descodificar nuestros patrones de relación y encontrar un lugar de aceptación. Desde esa aceptación, podemos abrirnos a otras formas de relación. Es una oportunidad para cambiar y modificar nuestro manual de instrucciones. Es una forma de aprendizaje que se basa más en la experiencia de relación, que en la pura reflexión. Damos voz a lo que somos, para poder encontrar formas diferentes de ser.